jueves, 23 de junio de 2016

CLASIFICANDO EL DOLOR. SENSIBILIZACIÓN CENTRAL.

Imaginemos que estamos caminando por la calle cuando de repente, nos clavamos un cristal en la planta del pie. En la zona de lesión, están las fibras nerviosas que corren a informar al cerebro de tal suceso, y unas fibras en concreto, las fibras C, informan de que dicho suceso puede tener cierto peligro para nuestra integridad. Pero no todo queda ahí. Si nos paramos a analizar los procesos neurobiológicos, vemos que se producen cambios en las neuronas, como que aumenta su excitabilidad, su eficiencia, y los estímulos cada vez generan mayores respuestas (Latremoliere & Woolf, 2009). Lo que está pasando es las neuronas cada vez hacen mejor su trabajo y sin necesidad de estímulos tan altos, y se convierten en un megáfono, o amplificador.

Una vez nos enteramos del suceso y quitamos el cristal, vemos que nos molesta todo, apoyar el pie, tocar la zona de la herida… cosas que antes molestaban, molestan ahora muuucho más, e incluso ciertas cosas que antes no nos molestan ahora parece ser que causan algo de dolor, ¿por qué?, si otra vez miramos a estas neuronas vemos que estas ahora envían información más variada, es decir, la neurona que enviaba información de “algo malo pasa”, ahora también envía la información de “algo me está tocando”, y se traduce del mismo modo, ¡dolor!. (Latremoliere & Woolf, 2009; Meeus & Nijs, 2007).

Una cosa curiosa es que, tuvimos este pequeño incidente cruzando la carretera, pero como se acercaba un camión a toda velocidad pudimos cruzarla sin ningún tipo de molestia. Empezó a doler justo al llegar a la acera. Esto es debido a que el cerebro puede modular la información nociceptiva mediante unos mecanismos descendentes (Kwon et al., 2014; Latremoliere & Woolf, 2009). En este caso, bloqueo la transmisión para salvar el pellejo, pero también puede pasar al revés, que en vez de bloquearla, que la deje pasar con mayor facilidad. Nuestras cogniciones y creencias pueden influir en estas vías descendentes, por ejemplo, cuando nos preocupamos por la herida y prestamos mucha atención, nuestro cerebro pone en marcha mecanismos facilitadores (lógico, si nos preocupamos y queremos saber que pasa, el cerebro hará que llegue más información, y lo más rápido posible).

Todos estos cambios producen un fenómeno conocido como sensibilización central  lo que corresponde con una mejora del estado funcional de las neuronas y circuitos de vías nociceptivas a través del neuroeje producido por un aumento de la excitabilidad, eficiencia sináptica y reducción de la inhibición (Latremoliere & Woolf, 2009). La reducción de la inhibición se debe a que, este cuadro altera el equilibrio que hay entre los sistemas descendentes inhibidores y facilitadores del dolor, favoreciendo los mecanismos facilitadores  (Zusman, 2002).

Este proceso normalmente es reversible y el sistema nervioso vuelve a su situación basal, no obstante, imaginad que eso no ocurre, y que el propio sistema nervioso central mantiene estos cambios, como si tuviéramos una lesión aunque no la tengamos, que la cualquier información se traduzca en dolor, que nuestro sistema de inhibición no funcione correctamente y que la información le llegue al cerebro amplificada. Pues esto ocurre en pacientes con dolor crónico como por ejemplo fibromialgia, migrañas o dolor lumbar (Latremoliere & Woolf, 2009; Meeus & Nijs, 2007).

¿Podemos reconocer este proceso en los pacientes?, por suerte, hay una serie de signos y síntomas que nos pueden indicar la existencia de este mecanismo de dolor. Smart et al 2012 elaboró una lista con los signos y síntomas de los diferentes mecanismos de dolor que hay, los cuales los expuse en esta entrada. Además, Jo Nijs formuló un algoritmo para poder identificar este proceso basándonos en los signos y síntomas (Nijs, Van Houdenhove, & Oostendorp, 2010).

El abordaje de este tipo de pacientes se ha de hacer necesariamente desde una perspectiva biopsicosocial, adaptándonos a la situación del paciente y a sus emociones, creencias y cogniciones, y como dicen Latremoliere & Woolf, 2009, la “diana del tratamiento en estas situaciones debe ser el sistema nervioso central y no la periferia”. Es necesario que el paciente se implique y sea el protagonista de la recuperación, y para ello debe conocer lo que le está pasando, por lo que, una buena forma de empezar sería educar al paciente, explicarle lo que es el dolor y la sensibilización central (Torres, 2010). Gracias a la educación, podemos actuar sobre la percepción del dolor del paciente, sobre factores psicosociales como el catastrofismo y conseguir cambios en el comportamiento (Nijs et al, 2011).

Otros tratamientos que se han propuesto para trabajar sobre las percepciones del paciente son movimientos imaginados (que activan las mismas redes neuronales que los movimientos reales), terapia en espejo, reconocimiento de la lateralidad, etc…(Torres, 2010) . Destacar también el ejercicio físico, el cual debería estar dirigido, no solo a reacondicionar físicamente al paciente, sino a alterar las memorias del dolor, por lo que se debería consensuar los objetivos con el paciente y afianzar lo explicado anteriormente sobre el dolor (Nijs et al, 2015).


REFERENCIAS

Kwon, M., Altin, M., Duenas, H., Lilly, E., Neuroscience, E. L., & Lilly, E. (2014). The Role of Descending Inhibitory Pathways on Chronic Pain Modulation and Clinical Implications, 14(7), 656–667.

Latremoliere, A., & Woolf, C. J. (2009). Central Sensitization: A Generator of Pain Hypersensitivity by Central Neural Plasticity. Journal of Pain, 10(9), 895–926. http://doi.org/10.1016/j.jpain.2009.06.012

Meeus, M., & Nijs, J. (2007). Central sensitization: A biopsychosocial explanation for chronic widespread pain in patients with fibromyalgia and chronic fatigue syndrome. Clinical Rheumatology, 26(4), 465–473. http://doi.org/10.1007/s10067-006-0433-9

Nijs, J., Lluch Girb??s, E., Lundberg, M., Malfliet, A., & Sterling, M. (2015). Exercise therapy for chronic musculoskeletal pain: Innovation by altering pain memories. Manual Therapy, 20(1), 216–220. http://doi.org/10.1016/j.math.2014.07.004

Nijs, J., Paul van Wilgen, C., Van Oosterwijck, J., van Ittersum, M., & Meeus, M. (2011). How to explain central sensitization to patients with “unexplained” chronic musculoskeletal pain: Practice guidelines. Manual Therapy, 16(5), 413–418. http://doi.org/10.1016/j.math.2011.04.005

Nijs, J., Van Houdenhove, B., & Oostendorp, R. a B. (2010). Recognition of central sensitization in patients with musculoskeletal pain: Application of pain neurophysiology in manual therapy practice. Manual Therapy, 15(2), 135–141. http://doi.org/10.1016/j.math.2009.12.001

Smart, K. M., Blake, C., Staines, A., Thacker, M., & Doody, C. (2012). Mechanisms-based classifications of musculoskeletal pain: Part 1 of 3: Symptoms and signs of central sensitisation in patients with low back (±leg) pain. Manual Therapy, 17(4), 336–344. http://doi.org/10.1016/j.math.2012.03.013

Torres, R. (2010). Dolor neuropático cronico. In E. Zamorano (Ed.), Movilización Neuromeníngea (pp. 173–2004).

Zusman, M. (2002). Forebrain-mediated sensitization of central pain pathways: “non-specific” pain and a new image for MT. Manual Therapy, 7(2), 80–88. http://doi.org/http://dx.doi.org/10.1054/math.2002.0442